Celtiberia soriana
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El poblado y los espacios domésticos

El poblado y los espacios domésticos

Algunos castros muestran como sus espacios domésticos más antiguos eran de planta circular, con base piedra y recrecido de postes de madera con cubierta vegetal. No obstante, los espacios domésticos generalizados se acomodaron a un tipo de casa de planta rectangular o cuadrangular, cuya superficie media oscilaba entre 40 y 50 metros cuadrados, aunque excepcionalmente se conozca alguna circular (castro del Zarranzano, Cubo de la Sierra).

A partir de un zócalo de piedra, asentado sobre el terreno, se levantaban muros de adobe o tapial, disponiéndose la cubierta vegetal a una o dos aguas, sostenida por una estructura de madera que descansaba en un entramado de postes dispuestos a intervalos regulares.

En el espacio interior, rematado con suelos de tierra apisonada y paredes enlucidas con barro, se han diferenciado hogares y vasares; molinos para el procesado de cereales y bellotas, que se guardaban en grandes vasijas; así como, pesas de telares de dos agujeros, utilizados para confeccionar tejidos y agujas de hueso y bronce para coser

Lo más frecuente es la cerámica morena gruesa, lustrada, hecha a mano, decorados sus bordes, en ocasiones, por cordones digitados o ungulados, así como por incisiones, y provista de asas anchas. También se conocen algunos restos metálicos: adornos espiraliformes, fíbulas, fragmentos de brazalete, de bronce, y algún cuchillo de hierro.

En el castro de la Virgen del Castillo de El Royo se hallaron moldes para fundir, asociados a un supuesto horno, que permiten hablar del desarrollo de una metalúrgica de bronce, destinada a la realización de pequeños objetos de adorno e instrumental básico, caso de puntas, agujas o escoplos.