Las necrópolis han aportado una valiosa información sobre la vida de los celtíberos (sobre todo las necrópolis excavadas más recientemente como las de Tiermes, 2000, y Numancia, 2004), ya que el estudio de las tumbas, los elementos de ajuar, la composición y organización del cementerio, así como los análisis osteológicos y dieta alimenticia aportan nuevos aspectos para el conocimiento del ritual funerario y de la organización socio-económica.