La mayor parte de los cementerios celtibéricos fueron excavados por el Marqués de Cerralbo (1909-1916), en las primeras décadas del siglo XX, en las cuencas altas del Tajo y Jalón, en la provincia de Guadalajara. Por las mismas fechas otros eruditos, como Morenas de Tejada (1914-1916) llevaban a cabo excavaciones en la provincia de Soria,en las necrópolis de Quintanas de Gormaz, La Requijada de Gormaz y la del Portuguí, en Osma. Posteriormente, Blas Taracena excavará las necrópolis de Almaluez (1933-1934), Monteagudo de las Vicarías y La Mercadera (1932). En los años ochenta T. Ortego (1983) publica algunas de las tumbas de la necrópolis de la Revilla de Calatañazor.
A partir de la década de los ochenta se llevaron a cabo excavaciones de nuevas necrópolis como la de San Martín de Ucero (19819), de la que se conocen sólo datos parciales, y la revisión de algunas antiguas, como de La Mercadera (1990). Actualmente hay que destacar la excavación de otras nuevas como la de Carratiermes-Tiermes (2001), Numancia (2004) y una necrópolis de incineración en Oncala que proporciona fechas correspondientes a un momento final de la Edad del Bronce (2008), que son las que proporcionan en la actualidad una información mejor y más fiable.
Todavía en proceso de estudio se encuentra la recientemente descubierta necrópolis de Aguilar de Montuenga y es de lamentar la destrucción de una necrópolis en el término del Cubo de la Solana.
